La primera vez que conocí a “Luigi Harada” (el nombre real es otro) tenía alrededor de 55 años, de mirada deslucida…algo triste… al hablarle parecía como que estaba en otro lado… no prestaba mucha atención, era obvio que estaba pasando por una depresión. El en realidad me visitaba por un problema en el hombro, sufría de contantes dolores, al revisarlo noté que el hombro afectado estaba inclinado y con menos tonicidad y volumen que el otro. Le pregunté como empezó su dolencia….en ese instante recién me mira a los ojos y me cuenta la terrible experiencia que le toco vivir a raíz de un…. SECUESTRO.
“Fue a comienzos de los 90 –comenzó a narrarme- estando en mi vehículo faltando pocas cuadras para llegar a mi empresa, dos 4x4 me bloquean el paso, saliendo unos tipos con metralletas encubiertos los rostros con pasamontañas, yo no atinaba a saber aún lo que estaba sucediendo, apenas unos segundos después, me meten a su vehículo, estando presionado boca abajo contra el piso del carro y recibiendo una tanda de agresiones verbale
s que cumplieron su cometido: Aterrarme. Me di cuenta recién de lo que pasaba. He olvidado de muchos detalles y obviamente que el miedo fue la causa… No sabia que hacer…no podía pensar, estaba completamente bloqueado… paralizado, lo único que me acuerdo era esa sensación que iba a morir de una manera horrible, escuchaba los latidos de mi acelerado corazón, sentía total desesperanza”
“Pasaron creo que más dos horas, hasta que llegamos a un paraje, en el interior de ese refugio me metieron en un cuarto, ahí me quitan la venda que tenia en los ojos, dicho cuarto estaba alumbrado por velas, divisé una mesa y un par de sillas de plástico”
“Lo peor de la historia recién estaba por comenzar, en el cuarto había una especie de anexo, al cual abrieron un par de puertas de madera, algo desvencijadas, vi un espacio pequeño que no tenía mucho fondo, aparentaba ser esos closets para ropa, de casas antiguas. Sacaron unas maderas y algunos objetos de metal y levantaron una plancha de hierro que estaba en el suelo, y veo un gran hueco hecho en el subsuelo…..¡¡¡Adivinaste!!!... Me introdujeron ahí…¡¡¡Estuve literalmente enterrado vivo!!!
Luigi al narrar su historia, estrujaba nerviosamente sus manos…mientras que yo no podía evitar hacer pequeños gestos, chirriando los dientes y frunciendo tenuemente mis ojos, aunque trataba al máximo de encubrir mis alicaídas emociones, para que él sintiera la seguridad de que yo estaba en capacidad de ayudarlo….fue algo difícil.
-Me sigue narrando- “Tu no sabes lo que es la DESESPERACION, en el mundo deben haber cosas aterradoras y esta te garantizo que ocupa el primer lugar. Sentía que me faltaba el oxigeno, pensaba que en el siguiente minuto moriría. Sufrí de serios trastornos de sueño, el insomnio me acompañaba la mayor parte del día y las pocas horas o minutos que dormía, tenía unas pesadillas espeluznantes…soñaba que me acuchillaban, que me ahorcaban, que me gritaban….¡¡te digo algo…yo ya conocí el apocalipsis!!”
“Fueron casi… ¡¡¡TRES MESES!!! En ese hueco comía, miccionaba, defecaba….tuve un serio problema de piel por todas las bacterias que obtuve por falta de higiene y exceso de humedad. Perdí alrededor de 25 kilos, quede hueso y pellejo, cuando al fin me liberaron parecía un cadáver que caminaba”
“En ese mismo nicho fue donde me lesioné el hombro, la posición ajustada y la falta de movimiento atrofiaron mis músculos, pero dentro de todo lo que pase en verdad siento 
que no fue mucho, por lo menos por el lado físico, más no el sicológico”
“Dios es demasiado grande –continuaba con el relato- si no fuera por la inmensa fe que tengo y que conseguía alimentarme día tras día, no lo hubiera podido lograr. Si es que hay algo rescatable en todo esto sería que tuve a pesar de todo, momentos de lucidez extrema con profunda reflexión, recordé cuanto quería y extrañaba a mis hijos, a mi esposa, a mis hermanos y me lamentaba pensando por qué no aproveche más el tiempo con ellos, me preguntaba el por qué me perdí de los pequeños detalles que la vida me brindaba, como un relajante paseo por un gran parque, acompañado de mi familia... observando a las personas, los arboles, las plantas, me preguntaba por que no saboree la LIBERTAD”
“Me prometí ante el Señor, que si salía de esto, iba haber cambios drásticos en mi vida, cuando estas al borde de la muerte, enfocas todo de un lado diferente”
“Y así lo hice, empecé a exteriorizar mi cariño a las personas que amo… me relacione mejor con mis empleados, ahora ya no conceptúo a nadie, antes me pongo en su lugar y trato de dar según sea el caso una nueva oportunidad”
“Reconozco que todavía estoy sufriendo las secuelas del secuestro, pero se también que estoy mucho mejor, estoy seguro que el tiempo lo cura todo y esto no va a ser la excepción”
Terminando su experiencia me dice: “Aunque no creas, el haber pasado semejante trauma, los problemas que perturbarían a cualquiera, como deudas, caída en ventas, recesión, etc. Lo veo como algo tan minúsculo que tiene fácil solución”
Han pasado 8 años desde que Luigi me contó esta terrible vivencia, es complacientemente notorio que ha superado toda herida, se lo ve muy bien…..para una VIDA SANA
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