Por definición, el chisme es hacer comentarios o revelar algo sobre alguien. La información podría ser a media verdad, verdadera o totalmente falsa, pero cualquiera que sea el caso será siempre para arruinar la imagen de la persona de la cual se habla.
Yo tengo la “suerte” (es todo lo contrario, por si a caso) de contar con un par de “amigos” que suelen chismearme las pocas veces que me visitan, debo reconocer que por alguna razón presto cierta atención, últimamente más aún ya que sabía que escribiría algún tema sobre el CHISME.
He aprendido a escuchar al chismoso más por cortesía de la visita que por el gusto de oírlo. Lo que si no hago es ni creer absolutamente lo que me diga y mucho menos caer en lo mismo… CHISMEAR.
En la interesante personalidad de este tipo de individuos he analizado que:
No son para nada CONFIABLES (ojo con el chismoso, seguro que a tus espaldas también hablará mal de de ti)
Son MANIPULADORES (tratará de convencerte que te vayas en contra de la persona que habla)
Se consideran las pobres víctimas.
Son HIPÓCRITAS (cuando están al lado de la víctima, la halaga, le sonríe, le dice lo mucho que la estima)
Son TRAIDORES natos (traidores, sobre todo si trabaja con o es cercano a la víctima)
Son ENVIDIOSOS al máximo.
Son MENTIROSOS.
¿Qué hacer con los chismosos?
En mi particular caso no puedo hacer mucho, ya que con “mis chismosos” son personas que mantengo una relación conveniente de trabajo, felizmente esporádica.
Pero a cualquier otro chismoso que no tenga vínculo alguno definitivamente no lo toleraría y seguro me excusaría para no atenderlo alguna subsiguiente ocasión.
Y es que el chisme y el chismoso daña… deteriora…perjudica nuestro espíritu…para una VIDA SANA
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