Lunes, hace un par de semanas. Como todas las mañanas salí a caminar los 5 km acostumbrados. Ya que no soy asiduo a trotar –en realidad no he adquirido el gusto- por lo menos hago una caminata de forma vertiginosa. En esta oportunidad me dirigí a San Isidro, específicamente al Olivar, este lindo parque se destaca por sus numerosos árboles de olivo de más de 100 años, al hacer respiraciones uno se da cuenta que la oxigenación es mucho más agradable, más limpia.
¡Qué extraño! Nunca antes me había sentido así –pensé-
Entonces comienzo a especular los posibles motivos y llegué a la conclusión que el día anterior había bebido poquísimo líquido, un vaso de jugo en el desayuno y una infusión por la noche y a parar de contar. Normalmente bebo bastante líquido pero ese domingo por alguna razón no lo hice y de hecho pagué las consecuencias con una leve DESHIDRATACION.
Cuando realizamos algún esfuerzo físico sobre todo algún deporte nuestro calor corporal aumenta
y empezamos a sudar. El sudor es el mecanismo por el cual hace que nuestro cuerpo se refresque
pero está perdida de líquido debe ser reemplazada por más líquido, ya que si no lo hacemos
corremos el riesgo de deshidratarnos.
Ahora para que no me ocurra más esa ingrata sensación –aparte que podría ser peligrosa- me hidrato lo suficiente todos los días y durante mis ejercicios llevo mi “gatorade” casero, que yo mismo lo preparo, ahí te va la receta para un litro:
2 naranjas
2 mandarinas
2 limones
1 cucharadita de azúcar
1 pizquita de sal
Agua embotellada sin gas
Mezcla todo y.... listo para beber!!! en lo personal en los ejercicios me llevo ½ litro….para una VIDA SANA
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