Siento a mi jardín como a un paraiso, es pequeño pero bonito y sobre todo bien energizado y digo esto porque la buena energía se siente -la negativa también-
Un ejemplo simple, si tienes un gatito o un perro y le permites que recorra tu casa con total libertad, al final, a la hora que quiera descansar se situara en un lugar elegido no al azar, todo lo contario buscaran un lugar donde “saben” que van a descansar bien, donde existe una mejor energía.
Intuyo que los pajaritos también. Ya que una pareja de frágiles avecillas sintieron la confianza de anidar en mi jardín.
Una tarde ya bien avanzada, creo que faltaban unos 15 minutos para las 7 de la noche, me encontraba regando las plantas y en eso… un pajarillo empieza a revoletear cerca del pequeño y frondoso ficus estando yo a escasísima distancia de el. Que pajarillo tan pícaro –pensé- confiado y sin miedo. “Así son los pajarillos de estas épocas” –hubiera dicho mi abuela Enriqueta, si estuviera viva-
Al poco rato el pajarillo voló y aproveche en hurgar cautelosamente el ficus… y oh, oh, sorpresa!!!...divise un precioso nido!!! Con dos preciosos huevitos!!! No podía creerlo, unos confiados "papas pajaritos" han decidido instalar su hogar en mi jardín!!!
Esos bellos momentos no los olvidaré nunca, nos sentimos –Rocío y yo- muy felices. Y eso solo fue el comienzo, a los pocos días nacieron los “polluelos”… Fueron días con sensaciones gratísimas ver a diminutas avecillas como iban creciendo.
Aqui algunas tomas:
Estos son René & René -nunca supe quién era él y quién ella-
René y René aceptaron mi confianza y me permitian de vez en cuando que les tocara el piquito y la cabecita:
Se dejaban tomar fotos para el recuerdo
Y eran tan buenos que permitian también a Rocío que posara con ellos
En estas fotos ya estan todos unos adultos (4 días después de la de arriba) Aún así se dejaban tocar. Que buenos chicos!!!!
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