Las veces que Mauricio –cuando adolescente- paseaba por la avenida 9 de Octubre (Guayaquil) siempre le llamaba la atención un bonito edificio con extraordinarias luces intermitentes, que destellaban iluminando toda la acera, se leía: Hotel Casino Boulevard. “Cuando sea mayor de edad, de todas maneras tengo que entrar a conocer” –se prometió-
No fue sino hasta que cumplió sus 22 que se animo a ingresar, el panorama interior lo dejo turulato, simplemente no podía creer lo que sus ojos veían, todo un “sistema de diversión”. El sonido de las maquinas traga monedas eran hipnotizadoras, sobre todo cuando alguien ganaba y caían los “coins” –fichitas- hasta el aroma del ambiente, la mezcla de tabaco y cocteles lo cautivaban.
Pero lo que más sedujo a Mauricio fue esa extraña mesa con 38 números encasillados en cuadros, arriba de ellos había una rueda con los mismos números y adicionalmente una bolita evidentemente de acero. El “tallador” –empleado encargado de distribuir el juego- al hacer girar dicha rueda lanzaba la bolita y esta se introducía al azar en cualquier número. Al mismo tiempo, Mauricio observaba que unos jugadores alzaban sus decibeles de contentos, porque el número ganador coincidía con el número que ellos habían apostado…y a otros quejándose apesadumbrados por no acertar.
Esa noche Mauricio acompañaba a un amigo que fungía de “maestro”. Este le dijo: “Es simple, le juegas un dólar a uno de los casilleros, yo te sugiero que apuestes al “pleno” -la ficha en un solo número- ya que te paga 35 veces tu apuesta. Así lo hizo y….GANO!!!! Que increíble, la suerte del principiante, cayó en el 7 rojo al que aposto, ganó 35 dólares sin saber leer ni escribir. ¡Qué estupendo negocio! –pensó-
Mauricio exaltado de emoción dijo: “Ya que he ganado, lo inteligente sería retirarme” y así lo hizo, cobró su dinero y se ubicó como un mero observador, “La idea es aprender más” dijo.
Se apasionó tanto que aprendió bastante esa primera noche “fastuosa” Ya sabía que era un semi-pleno, transversal, columna, color, mayor, menor, pares, nones, etc. etc.
Mauricio tenía un trabajo bastante aceptable en lo que a retribución se refería ya que contando con nula experiencia laboral y sin profesión terminada, podía solventar gastos de universidad, aportaba con algo a su casa, podía comprarse alguna que otra prenda de vestir todos los meses, tenía para diversiones como discoteca y cine, o sea el dinerito le alcanzaba de lo más bien.
Claro todo iba bien antes que pisara la sala de juegos, gradualmente no le quedo otra que restringirse con sus gastos, ya que buena parte del sueldo se quedaba en la ruleta
Ganar las primeras veces en un casino, es lo peor que le puede pasar a cualquiera y a Mauricio le sucedió ni más ni menos, al cabo de unos pocos meses era ya un asiduo asistente a la mesa de ruleta, era un “caserito” más, ya pertenecía a la “familia”, siempre veía las mismas caras, conocía como era el estilo de juego de cada jugador, como a que número gustaban apostar, cantidad que invertían, temperamento de cada uno, etc.
Ahora ni en el trabajo ni en la universidad, la sensación de la ruleta lo dejaba en paz, sentía ansiedad de salir despavorido para ir al casino, empezó a disminuir la calidad en sus labores diarias, a bajar las notas. En lo personal le fue cambiando su carácter, de amable a casi irascible y es que ya no descansaba como antes, se quedaba hasta las 2am casi a diario en el juego teniéndose que levantar a las 6am, las malas dormidas estresan y hacen coléricas a cualquier persona.
Mauricio como muchos otros llego a ser un ludópata. La ludopatía es un trastorno que hace que el individuo afectado tenga una incontrolable necesidad de jugar por dinero, tanto así que le dará prioridad por casi sobre todo, su familia, trabajo y bienes materiales.
El jugador compulsivo es el que nunca está satisfecho, no es capaz de parar. El fugaz momento que la fortuna pareciera que lo pudiera favorecer, en vez de conformarse e irse, sencillamente continúa y continúa…hasta PERDER.
El entorno del ludópata sale tan o más afectado, el comportamiento afecta tanto que hace que los familiares cercanos sufran de depresión, en una buena parte de los casos el matrimonio del jugador compulsivo se desbarata y termina en una lógica separación.
Si conoces a alguien que sufra de este grave y peligroso trastorno, préstale tu ayuda, sugiriéndole o en el peor de los casos internándolo en un centro de rehabilitación, a la larga de seguro que te lo agradecerá.
NO hagan juego señoras y señores….NUNCA MAS!!!!.....para una VIDA SANA
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3 comentarios:
Hola!!! te comento que en mi caso particular el incentivo por jugar no fue precisamente haber ganado en la primera apuesta, sino la necesidad de desviar mi atención de otros problemas que tenia, hay diferentes causas por la que una persona se puede transformar en ludópata, de todos modos muy buen post y gracias por que leer sobre esto me ayuda a reflexionar sobre mi problema. Saludos.
Que tal Julia, es verdad lo que dices, hay muchos factores por las cuales las personas pueden caer no solo en ludopatías sino en cualquier acto autodestructivo como por ejemplo las drogas.
Una paciente mia se introdujo al mundo del juego queriendo escapar de las comprobadas infidelidades del marido.
Veo que tienes una gran ventaja al reconocer que existe un problema. Mi estimada Julia, yo te aseguro que si pones algo de voluntad, canalizando esos deseos -que nada bien hacen- en algo trascendente, como por ejemplo: Escribir un libro -tienes excelentes aptitudes- o matricularte en un gimanasio proponiendo mejorar tu estado físico. En fin, reemplazos hay un montón.
Recibe un abrazo, Carlos.
Hola Carlos tengo un premio para vos en blog, saludos y gracias por lo que me decis en tu mensaje.
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