Cuando chico, había un refrán que se escuchaba mucho más que en la actualidad: “La letra con sangre entra”, esta se refería a que un no tan buen estudiante podría dejar de serlo con algo de “coacción”. Y la verdad es que la amenaza no solo quedaba en palabras, en realidad se practicaba, digo esto porque yo fui uno de los tantos afortunados en caer innumerables veces con el castigo y frustración de profesores con metodología inflexible que hoy en día sería inaceptable. Más allá que ese tipo de correcciones no hizo mucho en mi, excepto activar miedo y algo de rencor a ciertos maestros, parece ser que nuestra idiosincrasia requiere algún tipo de intimidación para hacer las cosas bien. En algunos casos si resulta.
Desde que existen las multas para los peatones, mi comportamiento vial ha variado para mejor, por citar ejemplos, hasta hace poco cruzaba alguna avenida o calle a mediados de cuadra, ahora me voy hasta la esquina diviso las franjas “cebras” y recién cruzo, antes también, cruzaba la calle estando yo en rojo, lo hacía cuando el carro estaba lejos, ahora a pesar que no haya vehículo alguno, espero mi verde para pasar.
Y es que no hay nada que hacer, las solas normas no son suficientes, hay que poner algo de intimidación y si eso nos afecta el bolsillo, bueno pues así aprenderemos. Hay que recordar que hasta hace pocos años atrás, la gran mayoría de conductores no usaban el cinturón de seguridad, la solución fue también castigo económico y santo remedio, ahora todos, absolutamente todos usan el cinturón, el piloto y el copiloto por instinto y costumbre lo hacen.
Si bien es cierto faltan señalizaciones, semáforos y que otras cosas más, celebro este gran cambio educacional, ya que si entra con sangre entrará con la billetera…..para VISA SANA
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