sábado, 28 de agosto de 2010
La puntualidad es respetar a los demás…para una vida sana
Y la impuntualidad es… ¡todo lo contrario!
Me considero ser una persona bastante tolerante, paciente, razonable ante ciertas actitudes un poco negativas de mis semejantes, no estoy diciendo que soy un témpano de hielo y que no tenga emociones y que no me moleste, claro que me fastidio… pero no me exaspero tanto y trato de mantener ecuanimidad ante la situación. La calma apacigua al entorno.
En escenarios estresantes como es estar en un embotellamiento de tránsito después de una larga y cansada jornada de trabajo, veo que las personas están al tope de sus tensiones y el escuchar vociferaciones con “ajos y cebollas” se vuelve casi normal. En esos instantes –me jacto en ello- estoy súper relajado, bueno no tanto como súper relajado pero si con buena serenidad.
Sin embargo hay algo que me mortifica un poco… me da una sensación desagradable y extraña… es como si me halaran de los cabellos…me hace sentir como si fuera una "colilla de cigarrillo" apagándome entre el piso y el zapato… Este mal es bastante común en nuestra sociedad y es: la IMPUNTUALIDAD
Mí querida amiga Alba es una bella y gran persona, tiene algunas buenas virtudes, entre ellas la sencillez pero como todos los humanos algún gran defecto: Aparece –sonriente- mínimo una hora tarde a sus reuniones que ella misma las convoca. Si ostenta el puesto de presidenta de la empresa me parece un pésimo ejemplo.
No puedo dejar de mencionar a Marta, ella también es un caso especial, llega entre 20 minutos hasta una hora tarde, ella trabaja en algunos casos conmigo de manera eficiente,no lo niego, pero por su habitual tardanza deja un tanto mortificado a los pacientes que por desdicha yo los cito, en otras palabras es como que si yo quedara mal.
Esta si la tengo que contar de todas maneras, mi paciente Karina que trabaja en un banco me llamo hace varios meses atrás, me dijo: “Carlos, deseo 2 citas seguidas para una amiga y para mí, a las 7 y 8 de la noche” Yo le dije que el turno de las 8 ya estaba tomado, pero le prometí hablar con el dueño del turno para ver si él me hiciera el favor, en caso que puediera, postergar su sesión una hora más tarde, así lo hice y mi buen y puntual amigo Reynaldo aceptó. Al instante llamé a Karina y le di la buena nueva…ella me agradeció mucho y me dijo que iba a estar a las 7 en punto (A propósito, Karina me ha llegado anteriormente 60 minutos tarde, la pude atender en esa ocasión porque el siguiente turno estuvo vacío) Debo comentar también que recibí otra llamada queriendo un turno para las 8, cosa que negué porque ya no había espacio para esa hora. Para no alargar más la historia la susodicha no llegó… nunca ¡¡ni ella ni su amiga!! Ni se dignó a darme una llamadita diciéndome aunque sea un pretexto. En otras palabras, me hace perder 2 turnos y yo mismo hago atrasar a un puntual paciente, esto último me dio sentimiento de culpa, la verdad…
Bueno ahí no acaba la cosa Miss K. me llama al día siguiente y me dice que la reunión se prolongó, que el celular se olvidó y no sé qué otros pretextos…yo le dije -diplomáticamente- que a cualquiera le puede pasar, pero misma serie LIE TO ME (miénteme) no le creí en absoluto. Me saca una cita para el día siguiente que era feriado, no recuerdo que festejo era pero ella quería venir y le acepté, quedamos a las 9 am…le advertí que debía estar PUNTUAL, ella me dijo: “no te preocupes, mañana ni tráfico habrá”….yo pensé –“esta vez estoy seguro que vendrá a tiempo”- ….¡¡¡EQUIVOCADO!!!... y mil veces equivocado, me llama por fono y me dice a las 9:20 que en 15 minutos llega…yo como Condorito ¡¡¡PLOP!!! ¡¡Y me caí de espaldas!! Con mi mesura pero muy fastidiado por dentro, le dije que sería mejor que cambiara la cita para otro día ya que si viene a la hora que dice solo le restaría unos 25 minutos…y ella me replica: “¿¿¿Acaso tendrá algo que hacer???.....no contesté…no le hice la terapia… y ella no ha vuelto a llamarme… ¡¡bien por los dos!!
Por fortuna la vida tiene su equilibrio, también existen personas que son precisas con sus horarios y si en algún momento fallan y llegasen tarde la excusa que den seguramente es verdadera y en caso que no lo sea… pues ¡qué importa!
Respetemos a nuestros semejantes empezando con llegar a la hora fijada….para una VIDA SANA
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