Las endorfinas son polipéptidos largos que activan núcleos neuronales en el cerebro (hipotálamo, amígdala, tálamo y locus coeruleus). Se secretan de un único precursor que es la pro-opiomelanocortina…
Dime la verdad… ¿Entiendes la explicación?...Si me dices: “SI”, lo más
probable es que seas un médico, y si me dices: “No”… ¡Ya somos dos!
Vamos a explicarlo más sencillo. Existe una hormona que
nuestro organismo segrega de manera natural, dándonos una sensación de bienestar,
se la conoce como la “Hormona de la felicidad” o Endorfinas.
Imagina un interruptor de corriente, cuando presionas y
haces “click” se enciende una luz, y para llevarlo al terreno que estamos
hablando, el hacer click es sentir satisfacción.
El ser humano es en esencia un hedonista, yo tengo una
tendencia por el contemporáneo*
Estamos en busca constante de felicidad,
¡momentos!…al menos. Es por eso, que optamos en repetir todo lo que nos causa
placer. Eso es bueno, siempre y cuando dichos placeres no causen daño a persona
alguna.
El alcohol y las drogas son claros ejemplos de
como obtener placer… pero ¡nocivamente!.. Además esta forma de llegar a la
gloria, es muy corta en el tiempo, y la sensación de euforia que es rápida y a
alto nivel, en pocos minutos el otrora pico eufórico, cae
vertiginosamente dando todo lo contrario, esto es… ¡depresión y
angustia!
Pero, existen maneras de activar nuestras
endorfinas saludablemente. Por ejemplo: Una buena actividad sexual con tu
pareja, es una de las formas mas usadas, ¡grata e intensa!... innegablemente. Pero como todo lo intenso, tiende en poco rato
a normalizarse…y después hay la probabilidad de que te quedes felizmente ¡dormido!
Ahora, en lo personal, las mejores formas de
activar las endorfinas, por el considerable tiempo que la grata sensación perdura…
es: Realizar Ejercicios Físicos y mi insustituible… ¡Meditación!
¡Y es que no es cosa mía! Acaso, no has
escuchado a algunos decir: “Cuando no hago ejercicios, me siento decaído”. Eso
es porque el trotar, caminar, estirar, nadar, meditar, etc. Activa, enciende,
hace click, nuestro “interruptor” y hace que las endorfinas fluyan y hagan su
trabajo (de hacernos sentir felices)
Si bien es cierto, el hacer deporte no va a producir
el éxtasis que ocasionaría una actividad sexual, si va a mantener esa energía
especial por largas horas (en mi caso, de 10 a 12 horas)
Es por esa razón, que si llegas a activar las
endorfinas por medio del ejercicio –de hecho sucede- vas a querer repetirlo al
día siguiente, inconscientemente. Creando así, mal expresado, una buena…¡Adicción!...para
una VIDA SANA
*Dentro de la
filosofía contemporánea se destaca la figura de Michel Onfray como abierto proponente del hedonismo,
quien manifiesta en una entrevista que «se cree que el hedonista es aquel que hace el
elogio de la propiedad, de la riqueza, del tener, que es un consumidor. Eso es
un hedonismo vulgar que propicia la sociedad. Yo propongo un hedonismo
filosófico que es en gran medida lo contrario, del ser en vez del tener, que no
pasa por el dinero, pero sí por una modificación del comportamiento. Lograr una
presencia real en el mundo, y disfrutar jubilosamente de la existencia: oler
mejor, gustar, escuchar mejor, no estar enojado con el cuerpo y considerar las
pasiones y pulsiones como amigos y no como adversarios».
*«El hedonismo es una actitud ante la vida. Es una
filosofía
vital que prima al instante sobre el devenir, que reivindica la valentía sobre el
miedo, que respeta la materialidad y cuestiona el espíritu –yo no tanto- que gestiona lo que sucede sin despreciarse
por lo que nunca sucedió, que aprecia la lógica de la vida y cuestiona la
lógica de la muerte, que sabe que lo suficiente es suficiente, que busca el
placer donde está, no donde se busca, que hace de su cuerpo su aliado y no su
prisión, que desea sin que lo esclavice su deseo, que emplea su tiempo más que
su dinero.
El hedonista ejerce el difícil arte de establecer
la paz consigo mismo